domingo, 30 de diciembre de 2012

El Arte de la Doma


Continuando parte de la publicación anterior y recién leídos algunos artículos por la web, vengo a dejarles algo de información que si bien por esta única ocasión transcribiré (copy-paste) espero pueda ser de ayuda.

1. Unas palabras previas en torno a la libertad.


B.F. Skinner
1904 - 1990
Frente a tales planteamientos, en nuestra cultura occidental, hemos adoptado como una creencia indiscutible la idea de libertad individual. Tal concepción supone que cualquier  comportamiento voluntario del hombre tiene su origen último en el interior del propio sujeto. "Hago tal cosa porque quiero", "Tomé la decisión de hacer tal cosa y la hice", son expresiones habituales que contienen la noción de que el individuo es el dueño de sus actos, dado que estos, en última instancia, se generaron en su interior.. Ello es en gran parte verdad y en gran parte falso. Es verdad en tanto en cuanto los principales determinantes de cualquier acción humana no suelen estar presentes en el mismo momento en el que se produce la acción. Digamos que dichos determinantes están "en el interior de la cabeza del hombre" en forma de deseos, expectativas o planes. Pero tales deseos, expectativas o planes se formaron, al fin y al cabo, como fruto de la experiencia, del aprendizaje, de la historia de ese sujeto. Si yo nunca fuí a ver una película de Berlanga ni oí hablar de él, difilmente surgiría en mí el deseo, la expectativa o el plan de ver una película de dicho cineasta. Por el contrario si ví -y disfruté- Bienvenido Mr. Marshall, o El verdugo, y encima acabo de leer unos elogiosos comentarios de otro trabajo suyo que acabaran de estrenar, entonces seguramente desearía verlo de inmediato, planificaría ir al cine mañana con mi sumisa y esperaría pasarmelo estupendamente. Lo importante es que, en última término, lo que explica el porqué fuí al cine no es el deseo, los planes o las expectativas...sino mi historia de aprendizaje, las experiencias vividas en el pasado con respecto al cine de Berlanga.

En definitiva, la conducta humana puede moldearse y cambiarse. Puedes "educar a tu sumisa", y aquí te ofrezco unos cuantos consejos basados en mi propia experiencia y en algunos principios de la psicología científica que pueden ayudarte en dicha tarea. El uso que hagas de esta información -que, por otra parte,  está en cualquier manual de psicología que se precie- es exclusiva responsabilidad tuya. Sin embargo, yo, antes de nada, daría a leer a mi sumisa estas páginas. Para que ambos partais  sin ventajas, con la misma información. ¡Juega limpio!

AMO:
Tu sumisa ha llegado a tí como fruto de sus tendencias genéticas  y de las experiencias vividas hasta ahora. Si te elegió como Amo es porque quiere poner muchos aspectos de su vida en tus manos, para que se los planifiques y determines. Ella no quiere tener el control. Su entrega es un gran honor. Su entrega te hace responsable de vuestra felicidad. A diferencia de las relaciones convencionales, que dejan la mayoría de las decisiones al azar, aquí se hace explícita la idea de que el Amo controla y la sumisa obedece. Hazte merecedor del regalo: haz que tu sumisa experimente la mayor felicidad imaginada, haz que se sienta querida, hazle aumentar su deseo...y será tuya para siempre.
Entonces no será libre. Nunca querrá abandonar a su Amo, aunque, faltaría más, pueda hacerlo cuando quiera. AMOr  le llaman a esa clase de determinismo...a esas dulces cadenas.

2. El palo y la zanahoria.


Edward Thorndike
1874-1949
Practicamente todos los seres vivos nos movemos buscando lo placentero y evitando aquello que nos resulta desagradable. Es un  viejo y poderoso principio psicológico que conocemos como La Ley del Efecto y que debemos al psicólogo americano Edward Thorndike.

Resumiendo, la Ley del Efecto viene a decir que toda conducta que obtiene su premio tiende a repetirse y aquella que recibe su castigo tenderá a desaparecer. Así pues, el arte de ir moldeando la conducta de tu sumisa pasará, necesariamente, por una buena elección y planificación de premios y castigos.

La Ley del Efecto no es la simple manifestación de una evidencia, de la misma forma que la ley de la gravedad no es la mera descripción de que las cosas se caen. El estudio científico de las derivaciones teóricas y aplicadas de la Ley del Efecto es lo que se conoce como condicionamiento instrumental, un amplio campo de la psicología del aprendizaje al que conviene que prestes cierta atención, pues constituye la base científica de como dirigir la conducta de tu sumisa...como "domarla".

2.1. Sobre gustos no hay nada escrito.


Que cosas podrás usar como recompensa y cuales como castigo depende de la historia de cada sujeto. No existen hechos universalmente desagradables o universalmente apetitivos (los suicidas demuestran hasta que punto eso es verdad...). El problema con las personas masoquistas es que parecen disfrutar con estímulos que normalmente resultan desagradables para casi todo el mundo.. Desean ser azotadas, humilladas, limitadas en su libertad. Esto intrigó de forma especial a Freud, la aparente falta de sentido económico del comportamiento masoquista, sugiriendo como explicación plausible de tales comportamientos su naturaleza patológica, una fijación en algun  extraño punto de la infancia en el que castigo y placer fueron íntimamente unidos. Sea cual sea la naturaleza última del origen del deseo masoquista, lo cierto es que existe y que, si no es patológico, tiene un fuerte componente erótico-sexual: el masoquista sano no desea el dolor por el dolor, el sufrimiento por el sufrimiento. Ni siquiera quiere sufrir en beneficio de otros, tal como hacen misioneros y miembros de ONGs. El buen masoquista desea el dolor de forma egoista: porque éste le lleva al placer. Y espera del Amo o sádico consorte que dosifique sabiamente su dolor y humillación para maximizar su éxtasis erótico (por supuesto....la denegación circunstancial del orgasmo entra dentro de esta categoría..en la medida en que garantiza que el siguiente será mucho mejor...).

¡NO OLVIDES LA LOGICA INVERSA DE TU SUMISA!:
¿Quieres premiarla?: azótala, humílllala, manteniéndote cercano, pero poderoso.
¿Quieres castigarla?: no le prestes atención o sé empalagosamente considerado con ella.

2.2. Como elegir premios y castigos que funcionen.


Observa bien el comportamiento de tu sumisa cuando está haciendo lo que desea, en momentos  en los que la dejas "en libertad". Todo aquello que tiende hacer frecuentemente en tales momentos podrá ser usado como una importante recompensa, obligarla a hacer todo aquello que nunca realiza en dichos instantes de libertad podrá funcionar como un castigo.

Mantente atento a sus gustos. No para satisfacerlos a cada momento, pues es al revés, es ella la que debe satisfacer los tuyos, sino para usar dichos gustos como recompensa. Si tu sumisa, por ejemplo, te nombra frecuentemente una fantasía, hazla realidad cuando desees premiarla por algo.

Y no olvides lo fundamental: las personas masoquistas son unas manipuladoras innatas. De hecho desean dominarte mediante su entrega. No soportan la indiferencia real (no la que pueda ponerse en escena en una sesión). Las sumisas se mueren porque reconozcas sus méritos y su empeño en satisfacerte.Usa inteligentemente el reconocimiento y la indiferencia...tus  más poderosas armas. Una cosa es  "poner en escena un castigo" (como parte del juego) y otra es castigar seriamente la conducta inadecuada.Procura no elegir como castigo algo que habitualmente hagas en las sesiones BDSM. Si, por ejemplo, tiendes a azotar a tu sumisa antes del acto sexual, evita usar los azotes como castigo. No uses como castigo situaciones que os eroticen.  Si, de todas formas, la situación acaba erotizándoos, usa sexualmente a tu sumisa pero no permitas que ella obtenga el orgasmo.

2.3. Cuando premiar....cuando castigar.


La función de las recompensas es hacer que las buenas conductas se repitan. La función de los castigos es hacer que las malas conductas desaparezcan. Estate atento y observa cuando tu sumisa hace alguna conducta que deseas promover y recompénsala de inmediato.

De igual forma, no dejes sin castigo inmediato  las conductas inadecuadas de tu sumisa. A medida que su conducta mejore, puedes reducir la frecuencia de premios, de forma que solo premies intermitentemente sus logros, con lo que fortalecerás la constancia de tu sumisa. Por el contrario, castiga las malas conductas todas las veces que se presenten. El castigo, a diferencia de los premios, pierde eficacia cuando se hace intermitente.

Evita recompensar a tu sumisa después de recibir un duro castigo.
Si la has castigado será porque ha hecho algo mal. Y se supone que tus castigos son siempre justos. No te ablandes...o tu sumisa aprenderá a manipularte. A portarse mal para llamar tu atención. Los castigos deben ser siempre desagradables para ella. Y no tener ninguna carga erótica añadida.


3. Las múltiples facetas del arte de la doma.


El arte de la doma es un arte polifacético. Debes prestar atención, corregir, premiar  y castigar a tu sumisa cuando sea necesario. Debes mantener un nivel de ascendencia y respeto por tu persona. A la hora de domarla debes tener en cuenta que debes modificar su conducta general en público y privado (sumisión física),  sus actitudes y palabras (sumisión psicológica), sus reacciones ante estímulos dolorosos (entrenamiento en el dolor) y sus comportamientos y actitudes sexuales (sumisión sexual). Frente a lo que la gente sin experiencia supone, es más fácil someterse física y sexualmente que psicológicamente. Es más fácil aguantar el dolor que aceptar la humillación; más sencillo servir sexualmente al Amo que servirle la mesa.

La sumisión no es un punto de partida para el disfrute de una relación BDSM, es el punto de llegada cuando ésta se ha consolidado de forma placentera para ambos miembros de la pareja. Y en tal consolidación juegan un papel esencial los rituales y ejercicios, la práctica lúdica de la entrega, el entrenamiento sistemático. Mi propia experiencia con mim me ha acabado demostrando que nunca se debería olvidar lo esencial que resulta este tipo de ejercicios, que, aunque requieran un esfuerzo por parte de ambos, acabarán doblegando la voluntad de quien, acostumbrada a la libertad e independencia absolutas, ha elegido libremente entregarse de forma absoluta a su Amo.

3.1. Sumisión física.


La esclava o sumisa debe aprender a expresar con su cuerpo su sometimiento total al Amo, su pertenencia a su dueño, su humildad y permanente disponibilidad para ser usada.

Para ayudarla en dicho aprendizaje,  es importante que sea entrenada en adoptar  determinadas posiciones corporales correspondiendo al tipo de situación en la que se encuentre. Naturalmente, tales posturas -acompañadas de la adecuada vestimenta- serán diferentes en situaciones públicas convencionales que en privado o en sesiones BDSM públicas. Existen numerosas páginas en Internet en donde puedes encontrar sugerencias acerca de las posturas adecuadas en cada situación, aunque aquí, toca ser creativos. Si es importante, sin embargo, la repetición sistemática de tales posturas, en una especie de gimnasia ritual que recuerde a tu esclava su posición de sometida y juguete absoluto de su amo.


Una interesante práctica es enseñar a la sumisa la secuencia formada por las ocho posiciones corporales que se representan en los cuadros adjuntos. Dicha secuencia debe memorizarse totalmente por la sumisa, tanto de forma ascendente como descendente. Un chasquido de los dedos del Amo servirá para ejecutar la siguiente postura (orden ascendente numérico), mientras que una palmada servirá para invertir el sentido de la secuencia. De esta forma, con tan solo unos chasquidos y unas palmadas puede disponerse de la esclava tanto para inflingirle castigos corporales como para utilizarla sexualmente. Así, la postura 1 (con las piernas ligeramente abiertas, no como en el dibujo) y la 3 deben utilizarse para las situaciones en las que la sumisa debe oir algo de su Amo y prestarle atención visual. Sin embargo, nunca debe mirar directamente a los ojos al Amo, salvo que éste lo ordene. Un uso adicional de la posición 3 es la de servir oralmente al Amo. La posición 2 sirve para inspeccionar sus genitales, así como recibir azotes en nalgas y espalda. La posición 4 es la postura que la sumisa debe adoptar para ser montada como pony. La posición 5 es la que la sumisa adoptará para recibir azotes en las nalgas, así como para ser utilizada sexual y analmente. En esta postura y moviendo ligeramente las nalgas lateralmente es la forma con la que la sumisa puede indicar a su Amo que está excitada y desea sexo (sin que ello signifique, claro está, que el Amo tenga que atender tales demandas). Las posturas 6 y 7 se utilizan para atender instrucciones no visuales, mientras que la 8  servirá para la penetración y/o exploración manuales de su sexo. Los rituales de gimnastica BDSM, tales como los acabados de describir tienen una importante función psicológica: aumenta el sentido de pertenencia de la sumisa a su dueño, su sometimiento y humildad. En defínitiva, favorecen su dominación psicológica por el Amo.

3.2. El dolor, esa dulce caricia.


Y llegamos al dolor, el aspecto que, de entrada, suele ser el más rechazado de las relaciones BDSM. El porqué recibir o dar dolor proporciona placer es algo que sigue siendo un gran misterio. Los neurobiólogos hablan de que el estímulo físico doloroso genera la producción, por el sistema nervioso, de unas sustancias llamadas endorfinas. Y tales sustancias, en un intento de compensar la situación desagradable, producen un estado semejante a la felicidad y placer. Para colmo, el sexo, la agresión y la autodefensa comparten algunos mecanimos neuronales comunes. Por otra parte, los psicólogos
asociacionistas encontraría que el dolor puede convertirse en un estímulo condicionado apetitivo si va asociado sistemáticamente al disfrute de un intenso placer posterior. Muchas pueden ser las causas, pero carecemos de una explicación definitiva. Sea como sea, las personas sadomasoquistas disfrutan produciendo o recibiendo dolor, cuando no las dos cosas a la vez.

REFLEXIONES DEL MASOQUISTA APATRIDA Y DESCREIDO:
A los soldados les damos medallas por las heridas que sufrieron por la Patria.
Al ciclista o deportista de maratón agotados y con calambres los encumbramos por su sacrificio en pos del Triunfo.
Durante mucho tiempo, la penitencia como forma física (cilicios, autoflagelación etc...) fué una digna forma de acercarse a Dios.
¿Que pasa si no creo ni en patrias, ni dioses ni tribunos, y, encima, no me gusta el deporte?
¿Acaso es una menos noble tarea el sufrir para darle placer a otra persona?
¿No residirá el problema, a los ojos bienpensantes, en que yo también obtengo placer?. ¿No es, en definitiva, una negación de mi libertad al disfrute sexual?

Dos cosas som importantes con respecto al dolor. La primera es que éste tiene un límite, y que, por tanto, debemos aproximarnos a él con cuidado y sentido común. La segunda es que juega un importantísimo papel en la excitación erótica de la pareja, pero nunca debería ser sustituido por el propio placer sexual. Si prefieres producir o recibir dolor al placer sexual...empiezas a tener un problema. Si usas el dolor propio o ajeno como embajador del placer erótico...tu conducta, aunque "desviada del bienpensamiento" no debería preocuparte en exceso, siempre que sea en un contexto consensuado y razonable.

Mi opinión personal es que, como regla general,  ninguna práctica BDSM debería producir cambios irreversibles en el cuerpo de la otra persona. Como nunca estuve de acuerdo con los agujeros de las orejas femeninas...tampoco me gusta el piercing. Los cambios corporales irreversibles (tatuajes, piercing etc...) aunque sean aparentemente  inocuos tienen el problema de su irreversibilidad...y las relaciones afectivas humanas son, en principio, reversibles. Ni tiene porqué ser tu sumisa para toda la vida por mor de la firma de un contrato de esclavitud, ni tiene porqué ser tu fiel esposa para toda la vida a causa de un matrimonio canónico. Dichos mitos tienen una base ideológica común - reaccionaria, por cierto- que los hechos, empecinados, demuestran que está absolutamente equivocada. Una buena relación de pareja debe basarse en la libertad. Es decir, ni más ni menos que "vivo contigo porque me da la gana". Si te quiere.... ¿para que atarla?. Si no te quiere...¿para qué atarla? ( y no me refiero, naturalmente, al bondage). El dolor forma una parte consustancial a las prácticas BDSM.

Personalmente, no creo en relaciones de dominio/sumisión sin dolor. No creo, con perdón de SirGod, en el sado indoloro. Un buen Amo debe entrenar a su sumisa o esclava en el sufrimiento físico, entre otras razones porque, en su sometimiento erótico y sexual al Amo, no todo serán comodidades ni satisfacciones. Al hacerlo, además, el Amo la está haciendo más suya.

3.3. Sometimiento sexual.


A primera vista, y a diferencia de las relaciones sexuales convencionales, el sexo en un contexto BDSM es una actividad menos "democrática": el Amo decide donde, como y cuando se practica y, sobre todo, si su sumisa debe o no alcanzar el orgasmo. Pero, a diferencia del sexo convencional -que en muchas ocasiones se obtiene mediante subterfugios, chantajes emocionales o acosos más o menos permisibles- el sexo de un Amo y su sumisa es siempre un sexo absolutamente consensuado y pactado.

Los informes sobre comportamiento sexual humano suelen mostrarnos que la fantasía de ser violada, forzada etc...es un pensamiento sexual recurrente en un porcentaje significativo de mujeres. De igual forma, muchos hombres fantasean con la idea de violar o forzar a una mujer. Y, afortunadamente, pocos (demasiados, de todas formas) llegan a poner en práctica tales ideas y pocas (demasiadas) a sufrir sus consecuencias. La sumisa puede escenificar  esa fantasía, mediante un juego de rol con su Amo, en la seguridad de que es simplemente eso: un juego pactado para erotizarse.

A  diferencia de las relaciones convencionales, la sumisa posee una palabra de seguridad con la que interrumpir o impedir sin ningún tipo de equívocos la actividad sexual.
El BDSM es una actividad consensual, en el que puede "escenificarse" el sexo forzado.
El sexo realmente forzado, dentro o fuera de la intimidad de una pareja,  es simplemente un tema de código penal, un delito


3.3.1.  La boca no sirve solo para hablar.



El sexo oral es una de las formas más habituales con la que una sumisa puede servir sexualmente a su Amo. De hecho, los patricios romanos cuando practicaban sexo con sus exclavos, se limitaban al sexo oral pues, entendían, el resto de las actividades sexuales no eran propias para un intercambio entre una esclava/o y su dueño/a.

Existen dos formas básicas en las que la sumisa puede satisfacer oralmente a su señor: el sexo oral activo y el pasivo.

a) Por sexo oral activo entendemos la actividad que comúnmente conocemos como felación. Tu sumisa no tiene la misma fisiología que tú y, por tanto, el ritmo, grado de presión y forma en que pretende estimularte no tiene porqué coincidir con tus necesidades. Enséñale a satisfacerlas de forma correcta. Para ello, adopta una postura cómoda y dominante, como, por ejemplo sentado en un sillón.

Coloca a tu sumisa frente a tí y haz que se arrodille y comience a servirte oralmente. Procura indicarle el ritmo que prefieres, la presión que debe ejercer con sus dedos y labios etc... así como si debe mantenerte excitado por un tiempo indefinido o tratar de llevarte al orgasmo inmediatamente.

Es una práctica habitual que la sumisa deba tragar el semen de su Amo. Dicha acción, llamada irrumación, excita a una gran cantidad de mujeres, mientras que a otro gran porcentaje le resulta un acto profundamente desagradable.

Naturalmente, como todo, deberás haber pactado previamente con tu sumisa el tipo de relación oral que ambos deseais, aunque, si muestra un fuerte desagrado -sin rechazarlo de plano- al sexo oral completo deberías proceder con cautela, lentitud e insistiendo en la necesidad de que ella debe poner todo su empeño en servirte y sacrificarse por su Amo. El rechazo al líquido germinal es, en la mayoría de los casos, fruto de una educación que ha insistido en el caracter "sucio" de toda actividad sexual, y puede superarse obrando con prudencia y delicadeza. En último extremo, una sumisa puede acabar aceptando la idea de que, aunque desagradable para ella, el sexo oral que finaliza en el orgasmo de su Amo es una suerte de sacrificio que ella realiza por El, amén de un honor que su Amo le concede.

b) Sexo oral pasivo:


En esta práctica, la sumisa se limitará a abrir la boca y el Amo la penetrará hasta conseguir el orgasmo. Esta práctica  simula una violación oral y acentua el caracter D/s del encuentro, especialmente si la sumisa lleva las manos atadas a su espalda. Otro aspecto que acentúa dicha sensación es la asfixia parcial que la penetración del pene hasta el fondo de la garganta. A diferencia del sexo oral pasivo, el control de los movimientos y la profundidad de la penetración reside en el Amo. Por dicha razón, la sumisa debe ser entrenada cuidadosamente hasta relajarse y controlar adecuadamente su reflejo de vómito. Como todo reflejo, es un mecanismo de imposible control voluntario. Sin embargo, la presentación repetitiva del estímulo que provoca la respuesta incondicionada debilita la intensidad de ésta.

Para el entrenamiento sistemático en el sexo oral pasivo, el Amo podrá ordenar a su sometida que con cierta frecuencia realice los ejercicios que describimos a continuación, realizándolos en estado de relajación y procurando concentrarse en cualquier otra parte de su propio cuerpo que no sea la garganta.

1. Mantenerse con la boca abierta totalmente hasta que la mandíbula comience a molestar. Relajar la boca y repetir., intentando prolongar cada vez más el tiempo de apertura. El objetivo de este ejercicio es el fortalecimiento de los músculos implicados en la apertura de la boca.

2. Tras relajarse , la sumisa introducirá lentamente en su boca un objeto alargado (consolador, dedos, mango de un cubierto, mango de cepillo de dientes, pene de su Amo etc..) hasta que sienta nauseas. Detendrá en ese punto la penetración y tratará de relajarse. Si le vienen las arcadas, debe sacar el objeto y relajarse. Si puede controlarlo, tratará de mantener el objeto inmovil en dicha posición y mantenerse así por periodos de tiempo cada vez mayores.

3. Una vez superado el ejercicio anterior, manteniendo el objeto inmovil durante prolongados periodos de tiempo en su garganta, tratará de realizar penetraciones cada vez más profundas de dicho objeto. Deberá proceder poco a poco y retirar de inmediato el objeto en cuanto sienta nauseas.

4. Finalmente, una vez superada la fase anterior, la sumisa practicará con el objeto en movimiento, inicialmente muy lentamente y progresivamente con penetraciones más rápidas.

3.3.2.  Por la puerta de atrás.


El sexo anal es una de las formas más habituales con las que un Amo puede poseer y disfrutar de su sumisa. Como el sagaz marqués de Sade nos indicó en su "filosofía del tocador" el orificio anal posee la forma, tensión y estrechez perfectas para satisfacer al falo más exigente, postulando que la sabia naturaleza lo había puesto tan cerca de la vagina como una forma de favorecer el control de la natalidad.

¡SEXO SEGURO!
El sexo anal es la práctica más peligrosa de cara a contagiarse del virus del SIDA. Por ello, y salvo que esté absolutamente seguro/a de la fidelidad de su pareja , siempre que vaya a practicarlo use un preservativo y un lubricante no graso (evite la vaselina) .

a) Entrenamiento previo al sexo anal.
Si tu sumisa no ha practicado previamente el sexo anal, o tiene poca experiencia con el mismo, conviene que la prepares psicológicamente para el mismo. Salvo que haya tenido una experiencia desagradable, a casi todas las sumisas les excita, de entrada,  las ideas de dominio/sumisión asociadas al sexo anal.
Coloca a tu sumisa en la posición que se representa en la figura de al lado. Colócate a sus espaldas y ordénale que separe sus nalgas con sus manos. Manteniendola en dicha posición, déjale claro que esa parte de su cuerpo también es tuya, que puede servirte muy placenteramente con ella y que toda buena esclava que se precie debe poder ser utilizada sexualmente por detrás.



Usa un guante de latex o un preservativo para penetrarla con el dedo. Usa mucho lubricante -no uses cremas corporales o de manos, usa vaselina en esta fase- y procede lentamente. Ordénale que te avise en cuanto note el más mínimo dolor o molestia. La relajación del esfinter es esencial, así que procura ir despacio y mantener tranquila a tu sumisa, para lo que puedes usar cualquier postura que os resulte cómoda. Generalmente, una vez pasado el primer anillo esfinteriano, puedes mover el dedo en su interior sin que ello le resulte especialmente desagradable.

Deberías repetir este ejercicio varias veces al día antes de usarla analmente. Si tu sumisa no es entrenada adecuadamente y te precipitas, el sexo anal pasará a ser algo sumamente desagradable para ella, lo que te dificultará su disfrute.

Una vez repetidas las penetraciones y dilataciones manuales, ordena a tu sumisa que practique ella misma con sus dedos o un consolador. Una forma de aumentar la excitación de la situación y el caracter "humillante" de la misma es que dicha práctica la realice tu sumisa en tu presencia. Existen, en las sexshops, juegos de buttplugs de distinto diámetro con los que, empezando por los pequeños, podrá ir dilatándo el esfinter poco a poco hasta llegar a los más gruesos.

Finalmente, la última fase del entrenamiento previo consistirá en que la sumisa lleve colocados consoladores anales flexibles debajo de su ropa, aumentando progresivamente el diametro  y tiempo de utilización de los mismos.

 b) Practicando el sexo anal.
Que el sexo anal sea placentero o doloroso para tu sumisa depende, amén del entrenamiento previo, de la paciencia y cuidado que pongas en las penetraciones, al menos en las primeras. Aparentemente, el dolor de tu sumisa no debería importarte mucho, y  se supone que ella debería asumirlo. Ocurre, sin embargo, que, en este caso, el dolor puede estar indicándonos un desgarro en el esfinter de consecuencias no deseadas, y, a veces, este tipo de dolor va acompañado de una descarga nerviosa del sistema parasimpático de imprevisibles resultados. Así que, mejor es que dejes el dolor para aquellas situaciones que controlas y aquí trates de minimizarlo o dejarlo en un nivel razonable. De hecho, el sexo anal practicado con maestría no tiene porqué resultar doloroso, sino que, por el contrario, puede resultar una fuente de estimulación y gozo para tu sumisa, que, incluso, podría llevarle al orgasmo.

¿Recuerdas cuando de niño tu madre te ponía un supositorio?. ¡La tensión del esfinter es lo que te hacía que tan pequeño diámetro te hiciese tanto daño!. Por lo tanto, la regla de oro del sexo anal es proceder con cuidado y lentamente. Si estás muy excitado y no puedes esperar, procura que te satisfaga por cualquier otro procedimiento.

Lubrica abundantemente, empieza a dilatar con los ejercicios del entrenamiento previo y finalmente penetra lentamente a tu sumisa. Deténte si siente cualquier dolor agudo y comienza a relajarla de nuevo. Una vez dentro podrás proceder de forma más rápida, de forma que, en breve, poseas furiosamente a tu sometida con gran placer para ambos.

3.3.3. El control del orgasmo.


Una práctica generalmente asumida en toda relación D/s es que el orgasmo de la sumisa o esclava depende absolutamente de la voluntad del Amo. En realidad, una vez más, estamos ante un juego de rol, en donde las apariencias engañan. Si un Amo nunca permite alcanzar el climax a su sumisa, está olvidando la verdadera dimensión del motivo por el que ella le sirve. Mitificar y sublimar la entrega ajena hasta el punto de suponer que ésta no necesita de ningún tipo de recompensa sexual y afectiva, es el primer paso para alcanzar el autismo a base de prácticar el egoismo y egocentrismo más estúpidos. De la misma forma, un Amo que siempre permite la satisfacción orgásmica de su bichejo está privando a éste de la sensación absoluta de pérdida de control. Una de las razones por las que debes denegar a tu sumisa el permiso para correrse u ordenar de improviso a ésta que alcance el orgasmo de inmediato es que, de esta forma, ella te cede el control también en esta parcela. Y ten muy presente que ella, precisamente, desea eso: entregarte el control de sus emociones, sensaciones y actos. En definitiva, aquí, como en todo, deberás proceder con inteligencia, administrar sabiamente tu poder, ejercer de Amo sin egoismos ni vacilaciones. Y recuérdale siempre a tu sumisa -aunque no sea verdad en sentido estricto- que correrse no es un derecho que ella tiene sino un privilegio que tu le otorgas.

Uno de los aspectos que más dificultan la obtención del orgasmo es el "estar mirando al otro con el rabillo del ojo". Muchas mujeres frígidas lo son por su incapacidad de abandonarse, de desviar su atención, de dejar de autoevaluarse durante el sexo. Para colmo, las personas masoquistas son, por lo general, muy autoexigentes y perfeccionistas. Por dicha razón, el tener que "correrse" por seguir una orden o no hacerlo por una prohibición, les libera de la obligación de tener que decidir por ellas mismas. Tu sumisa, probablemente, obtenga unos orgasmos más intensos en la medida en que tu seas quien decidas por ella cuando, donde y como.

3.4. Sumisión psicológica.



La última faceta que hemos de contemplar en el Arte de educar a una sumisa es la sumisión psicológica. La sumisión psicológica es más una actitud, una postura vital, una forma de demostrar el respeto y el sometimiento al Amo que una serie de conductas concretas. Como anteriormente indicamos, nos parece que lo que llamamos "sumisión psicológica" es más el resultado global del proceso de doma física, de la experiencia dolorosa y del dominio sexual que algo que pueda entrenarse específicamente. Mi postura es que la sumisión psicológica es la globalización y extensión de las conductas entrenadas específicamente en las sesiones BDSM  hacia otras facetas de la vida y a momentos diferentes de los de juegos de rol Amo/sumisa. Sin embargo, bajo este epígrafe vamos a prestar atención a dos aspectos esenciales del proceso de doma: el lenguaje de nuestra sumisa y su comportamiento fuera de los momentos de entrenamiento.

SUMISIÓN.
(Del lat. submissio, -onis).
1. f. Sometimiento de alguien a otra u otras personas.
2. f. Sometimiento del juicio de alguien al de otra persona.
3. f. Acatamiento, subordinación manifiesta con palabras o acciones.
4. f. Der. Acto por el cual alguien se somete a otra jurisdicción, renunciando o perdiendo su domicilio y fuero.
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE
LA LENGUA ESPAÑOLA


3.4.1.  En boca cerrada no entran moscas.



Durante las sesiones BDSM una sumisa debe mantener la boca cerrada, salvo para responder a las preguntas del Amo y satisfacerle oralmente. Una buena sumisa es una sumisa silenciosa pero atenta a responder e informar a su Amo de cuanto éste le inquiera. A continuación, describimos una serie de normas verbales que deberían ser extrictamente seguidas durante las sesiones de entrenamiento y, posteriormente, ir extendiendolas a la vida cotidiana:

- La sumisa nunca iniciará una conversación ni tomará la iniciativa de la misma.
- La sumisa responderá a las preguntas de su Amo con precisión y parquedad.
- La sumisa, cuando se dirija a su Amo,  nunca mirará de frente a éste, manteniendo la mirada en el suelo.
- La sumisa nunca debe discutir ni polemizar con su Amo.
- La sumisa jamás se dirijirá a  su Amo con familiaridad o de forma convencional, tratándole con el debido respeto.

Resulta bastante conveniente que, cuando comienza la relación, la sumisa se acostumbre a no tutear al Amo, ni siquiera en aquellos momentos de mayor intimidad en la vida cotidiana. Sin embargo, debería evitarse usar un tratamiento excesivamente ceremonioso o engolado que resulte demasiado "artificial". Creemos más conveniente que la sumisa se dirija a su Amo con el mismo respeto que guarda ante personas mayores, superiores jerárquicamente o simplemente desconocidas. Por ello, creemos que al dirigirse a su Amo debería, simplemente, hablarle de usted.

3.4.2.   El discreto encanto de la cotidianeidad



En las relaciones convencionales, la rutina. el paso del tiempo sin imaginación ni sorpresas, termina acabando con la mayor de las pasiones. En las relaciones BDSM también. No creas que estás vacunado o vacunada contra la rutina. La vida cotidiana está diseñada, básicamente, para que trabajes...es decir, hagas felices a tu patrono, a los dueños de tu banco y a los de los grandes almacenes en donde te gastas el sueldo en fruslerías innecesarias. No diseñaron la vida para que seas feliz y disfrutes y hagas disfrutar a tu pareja. Quienes mandan te quieren como trabajador, consumidor e individuo hipotecado. Tu felicidad les importa solo en la medida que facilite tu sumisión y obediencia sociales. No hay, sencilamente tiempo. Así que si quieres escapar al infierno del hielo del aburrimiento, tendrás que rebelarte, sacar tiempo de donde sea, vivir tu fantasía y trabajarla. No es fácil. La propia experiencia de mi vida junto a mim me demuestra que es muy dificil extender la magia de la relación dominio-sumisión desde las sesiones o momentos de intimidad sexual a otras situaciones más rutinarias. Muchas veces, mi pequeña propiedad me ha pedido, suplicando, que le diera señales, guiños que le recordaran nuestra posición relativa de Dominante/sometida. Y tiene razón. Quizás una relación D/s que ocupe las 24 horas de todos los días de nuestras vidas es una quimera. Sin embargo, ambos seguimos, después de cinco años, luchando por dicha utopía.

Así que, ahí van, algunas sugerencias al respecto:

- Comienza, al principio, por limitar el ceremonial a los momentos en los que vayas a usar a tu sumisa. Usa un distintivo o señal clara para definir dichos momentos (en nuestro caso sirve el uso del collar de sumisión).
- Sé muy estricto en las sesiones y relájate fuera de ellas (acuérdate, entonces, de quitar el distintivo a tu sumisa).
- Deja claro, desde el principio, que eres tú el que decides el cuando, como y donde empieza y acaba una sesión.
-Habla pero, jamás discutas con tu sumisa. No le des clases teóricas, ellas entienden mejor la práctica. Si discutes, refuerzas su conducta verbal polemizadora.
- Haz que tu sumisa adquiera ciertos hábitos higiénicos y de cuidado corporal especiales tales como mantener siempre su monte de venus perfectamente rasurado.
- Mantén ciertos hábitos de protocolo en cualquier situación: tu sumisa debe cederte el paso en las puertas, no debe sentarse a la mesa ni comenzar a comer antes que tú.
- Cuida la vestimenta de tu sumisa. En tu presencia debe ser siempre sexualmente accesible, debe usar siempre falda y no llevar bragas ni pantys cerrados.
- Poco a poco, extiende el tiempo y las situciones en las que tu sumisa portará, orgullosa, el distintivo que le recuerda su sometimiento a tu persona.

4. ¿De dónde venimos, qué somos, a dónde vamos?


Una de las cosas más importantes de todo proceso educativo es el establecer claramente objetivos realistas que tu  alumna pueda conseguir. Tener los objetivos claros es una guía para el educador (que sabe en que punto se encuentra en su proceso didáctico) y para la estudiante (que sabe cuanto aprendió y cuanto le queda por aprender). Al lograr dichos avances, ambos, alumna y profesor, sumisa y Amo, quedarán gratamente recompensados en sus mutuos esfuerzos. Uno de los principios esenciales de un buen proceso educativo es partir de la realidad de tu estudiante, de las habilidades que ya posee. Y tratar de mejorarlas poco a poco, con paciencia y dedicación.

El procedimiento técnico se conoce como "moldeamiento por aproximaciones sucesivas" y es la base sobre la que descansa la adquisición de habilidades y destrezas complejas.

La base de un buen moldeamiento consiste en asegurarse que, con un poco de esfuerzo, la alumna podrá conseguir el objetivo propuesto. Deberás planificar las metas a corto, medio y largo plazo y, sobre todo, deberías llevar un registro detallado de los avances y retrocesos de tu sumisa, situaciones en las que olvida lo que es, castigos y premios recibidos y causa que condujo a ellos etc...Cuanto más sistemático seas, mejor domada estará tu sumisa. y aunque dicho proceso requiere tiempo, esfuerzo y dedicación...¿no es acaso más divertido dedicarte a la doma de tu bichejo que a enriquecer las arcas de tu patrono, banco o multinacional alimentaria?.

http://usuarios.multimania.es/masterdom/doma.htm

sábado, 29 de diciembre de 2012

De "amitos" a Amos

Aquellos quienes creen o piensan que la parte Dominante solamente debe "spamear" ordenes y la tiene mucho más fácil, son casi tan ignorantes como los que piensan que Google solamente es un buscador y no tienen ni la mas remota idea de todo lo que abarca (Chrome, GMail, Drive, PlayMusic, PlayStore, Android, etc...)

El contexto es simplista a primera vista: un Dominante da una orden para que su sumisa le complazca obedeciendo... Pero, eso es para los "Amitos" que únicamente buscan a la primera sumisa que se deja llevar, para así obtener sexo fácil y gratuito de ella.

Sin embargo, yo personalmente me considero de los Dominantes, Amos, que no empezamos el D/s como un pasatiempo puramente sexual; por mi parte encuentro un medio para ser yo mismo en mi máxima expresión, ser libre de convencionalismos sociales que no están a todo con la variedad de mentalidades y el auto-reconocimiento de la naturaleza de nuestro propio ser, así como también he encontrado un medio para conocerme a mi mismo y al mismo tiempo también conocer a mi esclava, encuentro la auto-realización y satisfacción de poder superar nuestras deficiencias y defectos. Encuentro la mayor satisfacción del D/s cuando me enorgullece haber logrado que mi esclava reconozca el bien que nos ha hecho mi postura Dominante.

Es por lo anterior que considero el proceso de Doma como la parte más importante del D/s, pues es durante el cual Amo y sumisa comienzan a conocerse, comprenderse, cazar términos (homologar) y gradualmente acoplarse uno al otro (aun que dicho de esa manera suene muy "vainilla"). Es muy fácil caer en lo simplista y asumir que la parte más difícil de la Doma se la lleva la sumisa, porque es lo obvio superficialmente; pero pocos pueden comprender que es complicado para ambas partes.

Por parte del Dominante, el proceso de Doma es puramente psicológico y debe poseer la inteligencia suficiente para lograr hacer trascender en la vida de su sumisa toda lección que le propicie. Este es el punto realmente complicado, porque no tiene ningún sentido que el "Amito" simplemente de ordenes tipo: -- chupamelo... desnudate... empinate... -- que son puramente sexuales y no trascienden. Pero el autentico proceso de Doma involucra ordenes que poseen un significado y que este debe ser entendido por la sumisa para que así pueda trascender a una etapa posterior a la Doma en si misma; ejemplificarlo sería un tanto más complicado pero tomare una experiencia personal para tal efecto:

La orden fue que mi sumisa debía recibirme a mi llegada incada y besar mis pies en reverencia; si bien no besar con sus hermosos y delicados labios la impureza corrupta de mis zapatos, podía apoyar sus dedos sobre mi zapato y besarlos, la verdadera intención era simbólica. La orden no aplicaba a lo que se llama comúnmente "sesiones", pues lo nuestro es 24/7 y debía ser diariamente aun si después de su reverencia yo le permitía levantarse y continuar con lo que hacía; y por lo tanto, no tenía un trasfondo ni contexto sexual, era esencialmente psicológico. Mi sumisa comprendió que su sumisión era un medio para demostrarme su devoción y admiración hacia mi, la eduque para aceptar que su sumisión debía ser más que solamente física o sexual, por lo mismo su sumisión formaría parte de nuestro estilo de vida.

Con gran fortuna también logre enseñarle que sus fallas, errores, faltas en contra mía o en contra de nuestra relación formal merecían un castigo sin ningún contexto sexual, pues eran castigos que debían enseñar una lección y de ninguna manera debían inducir placer alguno; entonces castigos por esas causas debían ser ejecutados por ella sobre si misma, en su caso los azotes no tendrían validez si no dejaban una marca visible a simple vista, aunque fuera necesario el uso de alguna clase de látigo. De ese modo fueron castigos que trascendían más allá del BDSM  puramente sexual, y tenían un objetivo psicológico a corto, mediano y largo plazo.

{S}Lilu: presumiendo orgullosamente las marcas de su castigo

viernes, 28 de diciembre de 2012

Un largo descanzo

Poco antes de comenzar a concretar planes y hacerlos tan tangibles como para considerarlos irrevocables... mi sumisa y yo aclaramos las cosas de manera muy textual: -- Cuando vengas a vivir conmigo vas a ser mi sumisa, mi esclava, mi sirvienta, mi perra, mi puta... aun casados, eso no va a cambiar... -- bastante intenso de escuchar y leerse textualmente, pero no podíamos permitirnos ningún tipo de mal entendido; pese a la severidad de la sentencia, fue natural para mi sumisa aceptarlo con felicidad devoción y la entrega que tanto nos enorgullece a los Amos, en ningún momento hubo duda o titubeo en su resolución o su actitud, fue ella quien compro el boleto para realizar el viaje que cambiaría su vida.

Bueno, pese a nuestros secretos y costumbres, seguimos siendo individuos atados a los convencionalismos sociales durante lo que podríamos llamar nuestras vidas cotidianas. Por tanto, desde Noviembre 2011 mi sumisa y yo empezamos a organizarnos para vivir juntos y unir nuestras vidas definitivamente; ella es extranjera y por su parte debió organizar infinidad de tramites y papeleo, que si bien empezó a realizar con varios meses de antelación, siempre es mucho más intenso por el final. Además que ocurrió un incidente en el Aeropuerto de su país pues no le permitieron abordar el avión debido a que no habíamos comprado el boleto de regreso a su país y era un "tramite" obligatorio para Inmigración... tuvimos que comprar de improviso el boleto de regreso y en temporada alta, Diciembre-Enero.

Ya de este lado del charco, podría decir que todo fue felicidad el primer mes, al punto de que no nos nació continuar con nuestros hábitos D/s mientras nos acostumbrabamos a nuestra nueva vida juntos. Durante el segundo mes empezamos a ver aun mas tramites y papeleo con el instituto de inmigración para adquirir una forma migratoria (visa) que le permitiera extender su estancia en el país, así como también el permiso para contraer matrimonio, permiso para terminar su carrera universitaria, entre otros varios... tramites que duraron demasiado tiempo, meses, casi medio año. En Agosto finalmente nos unimos en matrimonio y su familia vino a mi país para acompañarla y apoyarla en lo necesario.

Durante este primer año de nuestra vida juntos, decidimos relajarnos, tomar la vida bastante relajadamente; aunque hubieron algunos inconvenientes ninguno llego a ser grave, salvo un contagio familiar a gran escala de conjuntivitis viral que a mi y mi esposa nos duro 2 semanas a cada uno. 

Esencialmente descansamos de todo un poco, incluso del D/s en su mayoría. Aun que como antes he referido, es parte de nuestra naturaleza y por lo mismo también es difícil simplemente dejarlo y ya, así que tuvimos muy sutiles sesiones en la cama con cierta inclinación hacia nuestros roles. Desde un inesperado arrebato de: - Incate y complaceme con tu boca - ... los azotes siempre que estuvieran a mi alcance sus nalgas... hasta los bofetones por no complacerme con la pericia y avidez cuando se encontraba montada encima, también hubo ocasiones en las que le susurraba antes de dormir algunas fantasías con las que me gustaría que soñara: ¿como habría sido si ambos nos hubiéramos conocido a los 10 años y te hubiera educado mía desde entonces?

Mi sumisa me ha contado varias ocasiones en las que estando Yo dormido simplemente empezaba a poseerla... aun no me creo eso, o dudo bastante de ello, porque sinceramente no tengo recuerdos de ninguna de esas ocasiones.

Por su parte en dos ocasiones me sorprendió recibiéndome en su traje de Maid, totalmente inesperado debo agregar... pueden imaginar el resto. Otras dos ocasiones me recibió en traje de Eva dispuesta a inspirarme y entregarse a mi para nuestras pasiones; ademas de una romántica escena en nuestro aniversario como novios. Solo 5 notables éxitos de iniciativa en un año, si, es bastante poco.

En contraste, también debería hacer notar las consecuencias contraproducentes de este "break" de Amo-sumisa. Como toda pareja cotidiana, conversamos nuestros puntos de vista respecto a toda situación que nos involucre y aportamos en la medida que podemos, llegando a acuerdos al respecto para sobrellevar cada ocasión... Okey, hasta ahí suena bien... Sin embargo ocurre que una sumisa por naturaleza no abandona su necesidad de la guía del Amo, en especial si aun se esta acostumbrando a un nuevo estilo de vida, y en el caso de mi sumisa se hacia bastante evidente en cuanto a los deberes hogareños e inclusive también en asuntos verdaderamente importantes como lo eran nuestros tramites en Inmigración. Especialmente en lo que refería  tramites y lo que respecta a concretar el asunto de su universidad era cuando se hacia evidente la necesidad de "El Amo", pero mi error fue mantenerme en la linea de ser un esposo normal y solamente hacer recordatorios esporádicos y sugerencias al respecto; gran error que fue comprobado cuando el tramite de inmigración del permiso para casarnos quedo sin seguimiento y el instituto nos estaba esperando desde hacía tres semanas, estoy seguro de que habría bastado una Orden en lugar de recordatorios semanales para hacer que las cosas funcionaran mucho mejor. También quedo atorado en Hacienda un dinero durante 4 meses porque mi sumisa no le nacía acudir a realizar el tramite por mucho que yo le recordara y requiriera que le diera seguimiento para poder utilizar ese dinero en caso de necesitar un ajuste en su vuelo para fin de año.

Ya a fin de año, mi sumisa ha viajado a su país natal para pasar las fiestas de fin de año con su familia; por motivos personales demasiado imperiosos no me fue posible acompañarla. Hemos aprovechado este fin de año para hacer esta misma recapitulación personal entre nosotros, aunque obviamente fue mucho más especifica y detallada, de tal modo que nos hemos dado cuenta de la falta que nos hace continuar nuestra relación Amo/sumisa; por esa misma razón hemos acordado retomar desde sus inicios su educación, su proceso de Doma, incluso volverlo un poco más intenso y tangible de tal modo que eso le permita desarrollarse también como persona y corregir sus tantas fallas que ha tenido durante nuestro primer año... y que yo sabiamente he sabido ser paciente al respecto.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mi nueva esclava, nuevo comienzo

{S}Lilu ... mi esclava
Todo ser humano llega a un punto de su vida buscando redención de sus culpas, pretendiendo enderezar cuanto sea posible de su retorcida alma; así fue como comenzó nuestra relación  mi gloriosa doncella fue el amanecer en las tinieblas del purgatorio en el que se había convertido mi alma, el fresco roció sobre la inclemente soledad del desierto. Aun ante las adversidades y consecuencias que implicaba nuestra relación  en un principio el fulgor de nuestra alegría brillaba poderoso como el astro rey en el firmamento.

Eso fue en un principio, tiempo después comenzó la temporada de las tormentas.

En su inocencia, mi amada nos involucraba en problemas que difícilmente podían bancarse con paciencia, y aun en mi grandeza, llegaba a cuestionarme sobre la efectividad a largo plazo de simplemente olvidar los inconvenientes. Pues era mi gran anhelo que lo nuestro perdurara tanto como la fragilidad de la vida lo permitiera.

Comencé a permitirme ser su guía, orientarle sobre algunos aspectos relevantes para ser tipo de relación que esperaba pudiéramos fortalecer juntos, hacer acuerdos, esclarecer algunos claroscuros, entre otros.

Sin embargo el destino no suavizo su tacto al guiar nuestras vidas, imperioso por liberarnos de las falsedades a las que nos había encadenado la sociedad; pronto fuimos arrastrados a un sendero lleno de abismos y puntos ciegos donde la delicada inocencia e inexperiencia de mi pareja nos puso en situaciones realmente difíciles.

Aunado a lo anterior también estaba una particularidad muy especial en mi vida, aun tenia el privilegio de mantener contacto con una joven quien pocos años antes me pertenecía como sumisa. Era libre ahora y llevaba una vida bastante cotidiana, pero aun años después perpetuaba en su alma el anhelo de pertenecerme, continuaba llamándome "Amo" incluso en las conversaciones mas cotidianas, aun que yo no me permitiera aceptar sus deseos. Por extraño que parezca, mi pareja estaba en conocimiento del contacto con esta joven y no podía ser cuestionado o reclamado debido a sus propios contactos con relaciones anteriores de la nuestra, también estaba en conocimiento del tipo de relación que habíamos tenido.

En secreto, mi pareja desarrollo los celos propios de la situación e incluso la envidia hacia el simple hecho de saber que era otra quien me llamaba "Amo", siendo su anhelo llegar a ser "todo" para mi.

Cual oráculo pagano, mi anterior sumisa obvió la seriedad de mi relacion en pareja y concluyo rápidamente que era cuestión de tiempo antes de que fuera necesario terminar nuestro contacto; solamente pregunto el nombre de mi pareja, la cita textual aun agita mis recuerdos con exactitud: -Cual es el nombre de esa persona quien lo alejara de mi lado?-

Finalmente los celos y la envidia en mi pareja justificaron la excusa perfecta para seguir sus propios deseos y me pidió el derecho de llamarme "Amo", entregándose de ese modo a mi voluntad como sumisa.

Personalmente No me sentía psicológicamente preparado para volver a asumir el papel de Dominante, aun menos de llevarlo a cabo con mi pareja sentimental y en cierta medida seria complicado considerando el respeto y cuidados que se tienen en la relación. Sin embargo, las ventajas sobresalieron destellando su éxito para permitirnos resolver diversos inconvenientes; especialmente cuando era requerida la templanza y seguridad en tomar decisiones.

Diversas ocasiones era fácil ofuscarse y perder el camino correcto cuando las malas compañías aconsejan para su propio beneficio. Muy puntualmente puedo asegurar que la belleza y carisma de mi pareja podían compararse al mítico canto de las sirenas, atrayendo incontables pretendientes, pero aun mas preocupante eran las amistades masculinas que se corrompían con facilidad ante sus encantos. Eran eso casos los mas difíciles de tratar para mi pareja, incluso difíciles de identificar y reconocer, pero mi posición como "Amo" me permitió hacerla entrar en razón y evidenciar las verdaderas intenciones con gran facilidad.

Estaba claro que nuestros roles subieron de nivel casi al instante, de Amo-sumisa a Amo y esclava.

Del mismo modo, como es propio de un Amo, fue muy fácil encausar la vida de mi ahora esclava hacia su propio desarrollo personal, que en casi todo momento era saboteado por su desconfianza en si misma, su inconsciente actitud de auto-sabotearse, en cierta medida podía decirse que holgazaneaba dejando todo para después. Por esa razón fue maravillosamente descubierta nuestra naturaleza complementaria, la fuerza de voluntad que le hacia falta para realizar las cosas fue complementada por mi implacable actitud para resolver cualquier situación, de sus propias palabras: – es  mas fácil para mi hacer las cosas sabiendo que mi dueño me las ha ordenado y no hay posibilidad de no hacer las cosas, aun mejor si haciéndolas puedo complacerlo y enorgullecerlo –

No todo fue miel sobre hojuelas en un principio, debimos comenzar con los castigos habituales cuando mi ahora esclava fallaba en el protocolo, azotes que poco a poco subían de intensidad y durante los cuales mi mano titubeaba siendo arrastrada en sentido contrario por mis sentimientos, debí invertir una gran voluntad para arrastrar mi temple desde los confines ocultos de mi pasado y ser el Amo que necesitaba ser. Llegando a castigos mas psicológicos para su humillación, tales como seguir su día a día sin ropa interior, usar faldas con la misma condición, llevar collar en todo momento, desde el collar de entrenamiento en casa hasta el collar vainilla con el dije de mi inicial para su día a día, llevar siempre un tattoo de mi nombre de tinta china en su cintura, no realizar ninguna clase de ocio o diversión sin haberme pedido permiso, castidad y abstinencia durante los días que yo lo dispusiera, recibirme y saludarme arrodillada, ofrendarme la sangre de su periodo(regla) mensual; entre muchos otros que permitieron educar su carácter y sumisión.

{S}Lilu: recibiendo felizmente a su Amo

Durante los primeros meses de su educación no fue posible un 24/7, debido a la familia. Pero finalmente nos mudamos a vivir juntos, aun que la emoción y entusiasmo de nuestra vida juntos nos distrajo totalmente de la relación Amo y sumisa, ocasionalmente nos entretuvimos con sesiones breves.

Actualmente estamos en acuerdo de retomar su educación como esclava a partir de año nuevo ya en 24/7 a plenitud, sera todo un reto para ambos.

Mi primera esclava


En algún tiempo perdido en los susurros del olvido fui un avatar del equilibrio y, si me es permitido, de lo justo. Aun entonces poseía dones y virtudes como la inspiración del espíritu humano, es esencialmente una lasciva caricia de mi voluntad hacia la de mis victimas, un privilegiado encanto de orden y mando.

Sin embargo en aquel suspiro del tiempo los arbores de mi indómito espíritu y mi naturaleza humana danzaban en la pasión sin limites inspirandose mutuamente, de ambos aspectos de mi existencia floreció el fruto prohibido de la maldad. Evilness, dark, pure and passional evilness...

Entre mis mas corruptos placeres lo estaba Asolar grupos enteros de mortales, en ocasiones de vacias decenas a la vez. Las exquisitas pasiones del sufrimiento empece a sembrar la desdicha entre mortales arrebatandoles lo mas preciado y así inspirándolos a buscarme. Fue entonces que la encontre, o quiza ellame encontro a mi...

Despues de haber diesmado la tranquilidad de una familia tan numerosa como lo podria ser un pequeño pueblo, una de sus mas jovenes hijas me busco bajo el manto sombrio de la noche presentando ante mi un pacto interesante. Su semblante apacible fue el perfume que sedujo mi curiosidad hacia la propuesta, se ofrecia a mi como esclava a cambio de liberar a su familia de mi tormento.

No habia tristeza alguna en u mirada, los delicados valles de su rostro aterciopelado lucian caricias de un timido rubor, su humanidad descanzaba en la serenidad nocturna sin temor que entorpeciera su discurso, era un contrato autentico y abnegado perfectamente comprobable en la docilidad de su mirada; y a pesar de su autenticidad, fui engañado. No fue sacrificio alguno para la joven ofrenda, por el contrario, era sencillamente la excusa perfecta para abordar la aventura de sus sueños y cumplir sus fantasias.

En los sutiles remanentes de la sabiduria universal podía percibir el engaño, la treta de tan audaz fémina  y no podia confirmarlo mas que en la tranquilidad y naturalidad de u semblante. Apaciblemente me seguía durante el viaje de vuelta a mi guarida, reservando sus inquietudes en un voto de silencio aun incomprensible para mi desinhibido sarcasmo; mientras cada hora arremetía hacia su temple cuestionando sus principios, lamiendo su voluntad para hacerle temblar, pero perseveraba en la serenidad.

Durante semanas permaneció prisionera en una mazmorra especialmente diseñada para privarle de toda percepción  castigar sus sentidos de la orientación y la auto-conciencia. Aun en cada una de mis visitas permaneció apaciblemente serena pese a lo insufrible de mis actos tortuosos pretendiendo extraer de su delicadeza el tan ansiado fruto del dolor que complaciera mi insaciable sed de crueldad.



Su resolución cautivo mi mas profundo interés  me inspiro a liberarla de su cautiverio y perpetrar el resguardo de sus memorias buscando entender los orígenes de su temple. En poco tiempo fui desenterrando su profundo secreto, saqueando cada indicio de detalles... no era temple lo que perpetuaba su aparente serenidad... era lujuria, un deseo perverso como mi propia naturaleza y la suya anhelaba la satisfacción de su sumisión.

No era yo esa clase de hombre, no había tiempo para las banalidades de la carne en el camino del guerrero; pero por su parte, todo momento alimentaba su depravada fantasía  Involuntariamente alimentaba una viciada simbiosis donde mi imponente talento para inspirar terror seducía su deseo de un Amo temible que la doblegara.

Contrario a las costumbres habituales del folklore Amo-esclava, Dominante-sumisa, en nuestro retorcido pacto hubo una variante particular; pues fue la esclava quien educo al Amo en cierto modo. En realidad era una doncella versada, letrada y educada en la cultura contemporánea  fue prometida del joven heredero de aquella opulenta y renombrada familia, de ese modo fue privilegiada en su educación para un futuro donde representara la cabeza de familia. Fue de ese modo que había sido inspirada por los relatos sumerios, griegos, romanos, persas, hasta los rumores contemporáneos.

Dedicaba los últimos rastros del manto nocturno antes del amanecer para perpetrar en sus secretos y comprender el encanto de aquellos anhelos tan ajenos a las virtudes. Poco a poco fui comprendiendo su propia maldad, el susurro cruel que clamada su espíritu y entendí la corrupción innata de la naturaleza humana: la ambición insaciable por el control y la paz de la sumisión.

Entre nosotros no hubo cabida a la duda, mi esencia y espíritu fueron forjados de un modo ajeno a su naturaleza, pero al mismo tiempo era complemento de sus necesidades como sumisa  Su esclavitud resulto especialmente útil cuando era convocado a la sociedad por mi clan, encargada de las tareas simples cuales me resultaban intrascendentes hasta de preparar y mantener en tiempo mis efectos personales.

Al paso del tiempo comencé a dar concesiones a sus fantasías  cederle premios tras sentirme complacido por su sumisión y servidumbre; durante dichas sesiones fui comprendiendo el deleite en el acto de doblegar la voluntad humana, desgarrar la mente para reconstruirla a placer y conveniencia, corromper el espiritu inspirado por las costumbres contemporáneas.

Desafortunadamente los azares del destino nos distanciaron por años, a mi regreso no fue lo mismo y todo concluyo con una ultima solicitud de su parte, deseaba la respuesta a una pregunta muy significativa:

-- Cual es su nombre? Cual es el nombre de la mujer quien lo alejara de mi lado?
-- Lilith, ese es su nombre.

Lilith y Samael

Fulgores de voluntad clamaron nuestro espíritu  el llamado divino que engrandecía nuestros corazones e inducia un profundo respirar, era una sensación inconfundible: el todo poderoso convocaba nuestra presencia en la flor de la creación. Ambos acudimos a su llamado en nuestras mas elevadas manifestaciones, en un solo pensamiento habíamos acariciado el cosmos en nuestro camino hasta su presencia y los coros celestiales reverenciaron nuestro advenimiento, sus príncipes habían vuelto: Lucifer y Samael.

La magnificente cúspide de la creación fue presentada ante nosotros, el hombre y la mujer, eran ahora el crisol de la perfección en su simplicidad, pero aun incompletos. La voluntad divina inspiro nuestras alas acercándolas a los humanos y su existencia bebió de nuestras esencias primigenias, dando lugar al milagro del alma y la vida en ellos. Los celestiales se regocijaron en el jubilo del mas enorgullecedor de los anuncios, pues finalmente podían sentir en todo su ser la plena satisfacción del creador... esa larga era conocida cono "la creación"  finalmente había culminado y un nuevo sueño, un nuevo orden, brillaba en el horizonte.

Durante un suspiro en la eternidad no volvimos a ser convocados ni sentimos su voluntad dirigiendo nuestras acciones y nos confundía nuestra libertad, el silencio sembraba dudas y las dudas temores. Entonces decidimos postrarnos contemplativos de la creación desde los cielos como nos correspondía y así transcurrieron los primeros siglos.

Pero hubo una eventualidad que calo hondo en nuestra curiosidad y contemplanza, pues nuestros retoños perfectos no poseían la sabiduría celestial y la plenitud de sus espíritus se agitaba poderosamente como los océanos en tempestad. Empezaban a distanciar sus pensamientos uno del otro, poco a poco comenzaron a debatir acaloradamente y poco a poco parecían mas inspirados por la ira; hasta finalmente volver tangible su distanciamiento siguiendo rumbos distintos y el paraíso diseñado para privilegiarlos se percibía demasiado pequeño para ambos.

El rencor de la primera mujer se alimentaba con avidez de su propio orgullo, proviendo de voluntad a su decisión y naturalmente su voluntad realimentaba su orgullo al superar los retos más inospitos de los confines del mundo, se saciaba de si misma y su inmortalidad primigenia le mantenía verdaderamente incansable durante los primeros años. Tan distante de la luz misma, las sombras cobran vida bajo el manto nocturno y sus secretos oscuros emergen de entre las tinieblas con curiosidad de la viajera tan ajena de lo sombrío  al menos en aquel tiempo, y asechaban sigilosos como el susurro del viento; demonios quienes desafortunadamente fueron exiliados al verse discapacitados de percibir la voluntad divina y se volvieron ajenos de los objetivos celestiales.

Inmortal no implica ser incansable, solamente inagotable si se quiere. Llevada al extremo de sus capacidades, la primera mujer empezaba a arrastrarse durante su travesía y cada momento se antojaba como una victima aun más deseable para sus vigilantes silenciosos; celosos de su belleza, iracundos ante su gloriosa perfección magnificente que se antojaba a un insulto de sus carencias y discapacidades. Su ira se volvió incontenible, emergieron de las sombras emboscando la doncella divina pretendiendo destruirla, pero su ignorancia les sorprendió al percatarse de su incapacidad para herirla; frustrados, empezaron a arrastrarla con vileza hacia los abismos hasta percibir un energizante néctar radiando desde su victima y los saciaba. Durante los roces podían percibir una sensación deliciosa emergiendo desde su victima, y curiosos de los resultados se empeñaron en corromper todo ápice de la primera mujer experimentando los métodos más viles para poder extraer cuanto les fuera posible de su divinidad.


Incluso desde el séptimo cielo resultaba imposible no mantener ansiosa atención sobre el retoño de mi esencia, agitando tempestivamente todo mi espíritu imperecedero ante las vilezas que corrompían a la primera mujer; un sacrilegio imperdonable al que no se me permitía corregir por la ausencia de la voluntad divina, no podíamos actuar si no nos era inspirado por el todo poderoso. Mis hermanos y más cercanos me aconsejaban imperiosamente para permanecer contemplativo como era supuesto que debía ser, aun sin su tacto sobre mi cuerpo, podía sentir sus voluntades conteniéndome y todos estábamos seguros de que no había modo que lo lograrán sin la voluntad divina inspirando sus fuerzas primigenias... -- Si Dios no me detiene, ¿Por qué no debería hacerlo? --

Ni siquiera en mi deslumbrante sabiduría habría podido comprender como ocurrió, basto simplemente un pensamiento, tal vez inclusive solamente fue necesaria la intención... o aun mucho menos, la insignificante posibilidad de duda... algo de eso basto para arrastrar una fracción de mi espíritu hasta donde la primera mujer. Magnificente e imponente como cualquier texto antiguo podrá atestiguar, un inmenso amanecer descendió de la nada desgarrando la existencia de los demonios y después de un glorioso destello, únicamente quedaron cenizas y el cuerpo inmovil de la primera mujer.

Durante eones inmemoriales no se tenía mayor conocimiento sobre mi verdadera apariencia, aun entre los celestiales se me era visto como un caos viviente de doce alas de ojos y fuego batiéndose unas sobre otras ocultando el nacimiento u origen de las mismas... hasta ese momento, cuando mis brazos emergieron para acogerla y resguardarla. En ausencia de la voluntad divina dirigiendo mis acciones, me empeñe en rehabilitar a la primera mujer, su cuerpo perfecto e inmortal, su mente desvalida en la locura y su espíritu corrompido.

Muchas cosas sucedieron en el paraiso durante nuestra ausencia, pero eso sería parte de otra historia. Al paso de los años llegue a percibir mi espíritu inspirado por algo diferente, algo comprendido como sentimiento, y particularmente un sentimiento de apego y cariño hacia aquella quien había recibido de mi su esencia de la vida; empece a enseñarla en los secretos de la creación, tanto como su simplicidad era capaz de asimilar, aprendió tanto de mi como era posible hacerlo.

Finalmente se entrego a mi del modo que solamente la mujer podía hacerlo, me eligió como único ser valuable para merecer poseerla, pretensión que rechace en un principio tajantemente mientras la astuta inmortal esgrimía su adquirida sabiduría para desmantelar cada razón que yo le entregaba para prohibirlo. Como es bien sabido, "La Mujer se salió con la suya"