Hubo una mala etapa en mi vida cuando, aun casado (y ya divorciado), me entregue al abrazo de la soledad considerándome de cierto modo abandonado por la creación al no encontrar mi complemento predestinado; me asolaba profundamente en el alma mi soledad interior, e intente con todas mis fuerzas y toda mi voluntad encontrar mi complemento, me esforcé al máximo, rompí los limites de la distancia para encontrar mi complemento en otros países, por el mundo y dedique mas de diez años a esa búsqueda hasta agotarme, hasta rendirme... En la sociedad actual es demasiado sencillo crucificar al Dominante como un machista retrogada, un estigma que me adoctrinaba a controlar mi naturaleza y someter mis deseos a un paradigma donde no encajaba; y vale la pena referir a que la mujer dominante es un estereotipo enaltecido y virtuoso, todo lo contrario del hombre Dominante.
No me sentía afín a las practicas populares del BDSM, la mayoría me horrorizaban también y me hicieron creer que ese no era mi camino, pensé que no tenia nada que ver con mi sentir, pues mi necesidad no era sexual de ninguna manera. Leí al Marques de Sade por curiosidad y referencia, pero después de leer "los 120 días de sodoma" me sentí convencido de que el BDSM no estaba en mi naturaleza; por muy sádico y dominante que yo fuera sin saberlo o aceptarlo. Entiendo muy bien que para los mas estrictos de la practica podrán categorizarme de "muy Vainilla" por el hecho de no estar abierto a torturar a mi esclava con técnicas que aun no me siento capaz de aceptar, como esas famosas imágenes de esclavas con los senos morados por el bondage o la cesión de mi esclava a otros Amos para practicas sexuales.
Fue hasta que conocí a mi ahora esclava que encontré mi lugar en el mundo, que encontré mi complemento, me encontré a mi mismo a su lado. Mi esclava es mi complemento perfecto, soy yo mismo en mi máxima expresión, mi naturaleza puede crecer a lado de la suya, juntos podemos explorar cada uno de nuestros secretos en confianza y de ellos conocernos mas a nosotros mismos. Mi esclava esta maravillada con su sumisión y la disfruta esplendidamente, hasta ahora casados nos hemos permitido disfrutar sexualmente de nuestra relación D/s y ambos pensamos exactamente igual de todas las practicas y técnicas del BDSM, tenemos claro cuales nos gustan, cuales nos dan curiosidad y cuales nos horrorizan a ambos. Ambos tratamos nuestra relación D/s como algo mucho más grande que solamente un juego de satisfacción sexual, esto es exactamente lo de menos o lo menos importante, es precisamente esa la razón por la que no nos sentimos abiertos a ceder a mi esclava para practicas sexuales con otros Amos; necesitaríamos conocer a otra pareja con nuestras mismas creencias para que así fuere.
Somos perfectos el uno para el otro.