miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mi primera esclava


En algún tiempo perdido en los susurros del olvido fui un avatar del equilibrio y, si me es permitido, de lo justo. Aun entonces poseía dones y virtudes como la inspiración del espíritu humano, es esencialmente una lasciva caricia de mi voluntad hacia la de mis victimas, un privilegiado encanto de orden y mando.

Sin embargo en aquel suspiro del tiempo los arbores de mi indómito espíritu y mi naturaleza humana danzaban en la pasión sin limites inspirandose mutuamente, de ambos aspectos de mi existencia floreció el fruto prohibido de la maldad. Evilness, dark, pure and passional evilness...

Entre mis mas corruptos placeres lo estaba Asolar grupos enteros de mortales, en ocasiones de vacias decenas a la vez. Las exquisitas pasiones del sufrimiento empece a sembrar la desdicha entre mortales arrebatandoles lo mas preciado y así inspirándolos a buscarme. Fue entonces que la encontre, o quiza ellame encontro a mi...

Despues de haber diesmado la tranquilidad de una familia tan numerosa como lo podria ser un pequeño pueblo, una de sus mas jovenes hijas me busco bajo el manto sombrio de la noche presentando ante mi un pacto interesante. Su semblante apacible fue el perfume que sedujo mi curiosidad hacia la propuesta, se ofrecia a mi como esclava a cambio de liberar a su familia de mi tormento.

No habia tristeza alguna en u mirada, los delicados valles de su rostro aterciopelado lucian caricias de un timido rubor, su humanidad descanzaba en la serenidad nocturna sin temor que entorpeciera su discurso, era un contrato autentico y abnegado perfectamente comprobable en la docilidad de su mirada; y a pesar de su autenticidad, fui engañado. No fue sacrificio alguno para la joven ofrenda, por el contrario, era sencillamente la excusa perfecta para abordar la aventura de sus sueños y cumplir sus fantasias.

En los sutiles remanentes de la sabiduria universal podía percibir el engaño, la treta de tan audaz fémina  y no podia confirmarlo mas que en la tranquilidad y naturalidad de u semblante. Apaciblemente me seguía durante el viaje de vuelta a mi guarida, reservando sus inquietudes en un voto de silencio aun incomprensible para mi desinhibido sarcasmo; mientras cada hora arremetía hacia su temple cuestionando sus principios, lamiendo su voluntad para hacerle temblar, pero perseveraba en la serenidad.

Durante semanas permaneció prisionera en una mazmorra especialmente diseñada para privarle de toda percepción  castigar sus sentidos de la orientación y la auto-conciencia. Aun en cada una de mis visitas permaneció apaciblemente serena pese a lo insufrible de mis actos tortuosos pretendiendo extraer de su delicadeza el tan ansiado fruto del dolor que complaciera mi insaciable sed de crueldad.



Su resolución cautivo mi mas profundo interés  me inspiro a liberarla de su cautiverio y perpetrar el resguardo de sus memorias buscando entender los orígenes de su temple. En poco tiempo fui desenterrando su profundo secreto, saqueando cada indicio de detalles... no era temple lo que perpetuaba su aparente serenidad... era lujuria, un deseo perverso como mi propia naturaleza y la suya anhelaba la satisfacción de su sumisión.

No era yo esa clase de hombre, no había tiempo para las banalidades de la carne en el camino del guerrero; pero por su parte, todo momento alimentaba su depravada fantasía  Involuntariamente alimentaba una viciada simbiosis donde mi imponente talento para inspirar terror seducía su deseo de un Amo temible que la doblegara.

Contrario a las costumbres habituales del folklore Amo-esclava, Dominante-sumisa, en nuestro retorcido pacto hubo una variante particular; pues fue la esclava quien educo al Amo en cierto modo. En realidad era una doncella versada, letrada y educada en la cultura contemporánea  fue prometida del joven heredero de aquella opulenta y renombrada familia, de ese modo fue privilegiada en su educación para un futuro donde representara la cabeza de familia. Fue de ese modo que había sido inspirada por los relatos sumerios, griegos, romanos, persas, hasta los rumores contemporáneos.

Dedicaba los últimos rastros del manto nocturno antes del amanecer para perpetrar en sus secretos y comprender el encanto de aquellos anhelos tan ajenos a las virtudes. Poco a poco fui comprendiendo su propia maldad, el susurro cruel que clamada su espíritu y entendí la corrupción innata de la naturaleza humana: la ambición insaciable por el control y la paz de la sumisión.

Entre nosotros no hubo cabida a la duda, mi esencia y espíritu fueron forjados de un modo ajeno a su naturaleza, pero al mismo tiempo era complemento de sus necesidades como sumisa  Su esclavitud resulto especialmente útil cuando era convocado a la sociedad por mi clan, encargada de las tareas simples cuales me resultaban intrascendentes hasta de preparar y mantener en tiempo mis efectos personales.

Al paso del tiempo comencé a dar concesiones a sus fantasías  cederle premios tras sentirme complacido por su sumisión y servidumbre; durante dichas sesiones fui comprendiendo el deleite en el acto de doblegar la voluntad humana, desgarrar la mente para reconstruirla a placer y conveniencia, corromper el espiritu inspirado por las costumbres contemporáneas.

Desafortunadamente los azares del destino nos distanciaron por años, a mi regreso no fue lo mismo y todo concluyo con una ultima solicitud de su parte, deseaba la respuesta a una pregunta muy significativa:

-- Cual es su nombre? Cual es el nombre de la mujer quien lo alejara de mi lado?
-- Lilith, ese es su nombre.

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